Hacia un nuevo modelo de empresa periodística

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La verdad sea dicha, siempre vamos a remolque de los Estados Unidos de América en muchos aspectos, sobre todo en lo referente al desarrollo de formas de mercado. Por no decir en cuestiones políticas. En materias que conciernen a los medios de comunicación esto no iba a ser diferente. Con referencia al modelo de negocio editorial de prensa, los norteamericanos han sabido usar su ingenio promoviendo entre la sociedad la predisposición a convertirse en suscriptores de las publicaciones que sean de su interés. Esto ha otorgado una serie de ventajas para muchas ediciones; ha supuesto unos ingresos fijos y ha asegurado una audiencia fiel.

El caso de eldiario.es es paradigmático de cómo las circunstancias empiezan a acelerar el cambio en la estrategia y en la forma de hacer empresa para un diario. Para comenzar, los nuevos medios nativos de Internet cuentan con una serie de herramientas que les hacen económicamente más viables, al encontrar en el espacio digital una manera de difusión y distribución con menos coste en su producción. El novedoso entorno virtual está transformando también la forma de funcionar de las cabeceras tradicionales, que han visto cómo se desmoronaba “el viejo mundo” en el que se han desenvuelto en las últimas décadas, por no decir siglos.

El papel

Existe un debate en los últimos tiempos a propósito de las predicciones de futuro para las ediciones en papel, tanto de libros como de periódicos. La mayoría de profesionales y afines a esta industria pronostican la supervivencia de las ediciones impresas, pero la realidad del comercio es otra bien distinta: cada día se vende menos papel y se consumen más ediciones digitales. El progreso es imparable y, aunque ahora mismo publicar en papel sea un respaldo de prestigio para las cabeceras tradicionales que se han lanzado a La Red, la tendencia de ventas en los quioscos es bajista. Incluso diarios emblemáticos como El País ya están preparándose y preparándonos para un inminente cierre de su edición impresa. No hay vuelta atrás, nos guste o no. Muchos se afanan en establecer analogías con la supervivencia que en su día tuvo la radio cuando apareció la televisión. Nada más erróneo. La alternativa a la radio, es decir, la tele, no suponía un abaratamiento de costes en su puesta en antena con respecto a la radio.

La carta

La carta de Ignacio Escolar, director de eldiario.es, es una compilación de parabienes tan abultada que a veces provoca el efecto contrario al que pretende. En lo que se refiere a las cifras no vamos a entrar en discusión, él tendrá sus números y seguramente se correspondan con la realidad o con su realidad, la que él quiere contar. Sí, señores, los periódicos son también empresas, con todo lo que ello conlleva. No vayamos a pensar que porque hayan nacido al calor de las nuevas tecnologías ya son unos santones mesiánicos adalides de la moral y la pulcritud. Cabe señalar esto porque se da demasiado jabón al trato y la apuesta por los profesionales. Parecen estar en primer orden de prioridades, y eso está por ver. Para comenzar, destacar la parte de esta carta que habla de “pagar a sus colaboradores”. Este extremo, para quienes hemos colaborado en presa escrita provoca, cuanto menos, una sonora carcajada: las cabeceras impresas no pagaban más que a la estrellona de turno, los demás, que eran la mayoría, no veían ni un céntimo. Por no tener no tenían ni cesta de Navidad. Y aún hoy es así. En los medios digitales más de lo mismo. Se comportan como empresas al uso, mínimo esfuerzo, máximo rendimiento.

Conclusiones

Sí es cierto que el mercado ha dado un vuelco hacia los medios digitales y que las cuentas anuales de publicidad han experimentado un importante incremento de las ventas en sus versiones on line. Esto ha sido determinante para que los medios comenzasen a replantearse aumentar el apoyo y la inversión en este nuevo soporte y dotarlo de mayor infraestructura, que permitiese un desarrollo y proyección más potentes. La naturaleza sostenible de las redacciones digitales va a permitir que, con menores ingresos, los medios puedan sacar adelante sus productos con una calidad aceptable y acorde con la competencia.

En cuanto a la inversión en la empresa, no hay nada nuevo bajo el sol. El volver a invertir buena parte de las ganancias es lo que permitirá a la empresa periodística  –como a cualquier otra–  poder seguir estando a la vanguardia, continuar aumentando la competitividad y obtener un crecimiento y expansión que ayuden a consolidad la marca dentro del mercado y ante los lectores.

La era digital ha supuesto una de la revoluciones más importantes acaecidas en la sociedad en las últimas décadas. Ha cambiado la forma de hacer periodismo, de construir el medio. Del mismo modo ha transformado los hábitos de consumo de prensa. Y en tan solo unos pocos años, cuando todavía esta revolución puede considerarse incipiente, se percibe la sensación de que ahora la gente está más y mejor informada.

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